¿Qué me quieres decir con todo esto?

¿Qué me quieres decir con todo esto?

Lo que quiero decir es que hay ciudades, calles, personas, conversaciones, miradas, días y noches, que merecen ser escritas. Eso es todo. Imágenes que se presentan como un flash. Imágenes que hay que vivir y hay que agarrar para guardar, como sea, en nuestra cabeza. No podemos dejar que nos arrastre la velocidad, que nos arrastre la rutina. Si hay algo que nos puede salvar de todo esto es lo que recordamos; lo que nace de las preguntas.

Las preguntas construidas con palabras caen en el aire y no podemos ser nosotros quienes les cortemos las alas. Lánzate y no las escondas porque lo que no se dice no vuela, y lo que no vuela no llega a la vida de quien necesita palabras. Aprende a recordar y no dejes que los días pesen.

—¿Que los días pesen?

—Eso es.

—Decide qué quieres recordar: ¿nuestras palabras, el miedo o la risa?

Eso es lo que nos queda y eso es lo que debemos guardar porque cada pregunta es una puerta y no estamos aquí para dejar ninguna puerta sin abrir. Tenemos canciones que han hablado por nosotros, lugares que han hablado por nosotros y viajes que todavía recuerdan nuestros nombres.

Si tú me preguntas qué es lo que quiero decir con todo esto, te diré que no sé realmente qué es lo que quiero decir con todo esto. Simplemente, quiero darle espacio a las palabras, que se cuelen en cada uno de los minutos que componen nuestro tiempo, y que se acomoden, porque las palabras que no encuentran su sitio dejan de pertenecer a quien las dijo. No podemos perder lo luminoso de los días que hemos vivido y tenemos que comprender que para hacer lo que queremos, tenemos que ser capaces de rechazar y de perder otras cosas. No hay más.

Sé que no va a ser fácil, pero podemos dejar que todo fluya; mantener el desorden a veces es la mejor solución. Al final, desatar las palabras, hacerlas nuestras, hablar de Madrid y de su belleza, de sus noches y de todas esas cosas a las que nos arrastra la ciudad; viajar a Berlín, a Nueva York, a Florencia o a Buenos Aires. 

En fin, para eso estamos aquí, para lanzar preguntas, pero sobre todo, para vivir respuestas.


Ilustración de portada de Meritzell Cázares