Madrid es esto: El Rastro, niños que corretean y un libro.

Madrid es esto: El Rastro, niños que corretean y un libro.

FRASES EN SOBRES DE AZÚCAR

La camarera lleva los sobres de azúcar en la bandeja.

—Eran cuatro, ¿verdad? —le pregunta a la señora mientras los deja en la mesa.

—Sí, es que me gusta muy dulce, niña.

Yo, que estoy sentado en la mesa de al lado, escucho la conversación mientras paseo la mirada por un libro, como un detective novato. La mujer, empieza a abrir el primero y echa toda la azúcar en su café con leche. Luego, el segundo… y así con todos.

—Sabes… —me dice la abuela acercándose con sutileza. Le pido cuatro sobres porque me gusta dulce, muy dulce, pero también porque me gusta leer las frases de los sobres. Mira esta: Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana, y del universo no estoy seguro. Albert Einstein… ¡Qué aproveche! —y se echa a reír.

LOS NIÑOS, PURO MOVIMIENTO

Comiendo en el Vips de Goya con un par de colegas y, en la mesa de al lado, una familia discutiendo con los hijos, de unos ocho años calculo yo, que corretean y juegan revolcándose por el suelo.

Al padre, no le queda otra: «Como no os estéis quietos, esta noche os quedáis sin Youtube».

EL RASTRO ME PERSIGUE

El otro día bajé al Rastro, y mira que había personas en aquellas calles estrechas en las que se cuela el Sol, pero lo único que recuerdo es de una frase que dijo uno de los tenderos cuando pasamos por su lado: «¡Compra algo ya que has venio

Me fui del mercadillo con las manos vacías pero la frase todavía me persigue.

TODO POR UN LIBRO

Estoy en una cafetería del centro de Madrid. Unas mesas más allá, una mujer lee El sutil arte de que todo te importe una mierda. Le han traído el café con leche templada, ella la pidió caliente. «No te preocupes», le dice a la camarera con una sonrisa simpática.


Esta entrada pertenece a la publicación en colaboración con la Revista Verbena.