Cómo guardar un recuerdo

Cómo guardar un recuerdo

Siempre hay un día que guardamos como niños,
abriendo el cajón de la memoria y metiendo en él, ordenadamente,
el perfume de la habitación,
el abrazo bajo el paraguas
o la sonrisa mojada en café.

«Todo comienza o termina ahora»,
lanzaste al aire escondida en una bufanda de lana.
Y no sé muy bien qué quisiste decir con eso,
porque andaba sumido en otros pensamientos.

Siempre hay un recuerdo al que volvemos
creyendo que el tiempo no ha pasado por él.

«Me gusta atreverme», admitiste más tarde.

Y no sé muy bien qué quisiste decir con eso
pero ahora, cuando me siento a escribir aquellos días,
aparecen en el papel como algo deforme, irreconocible,

algo
que solo tú
con tus palabras
podrías colmar de sentido.